Río de Janeiro, Brasil vivió este miércoles una de sus jornadas más sangrientas en décadas, luego de que un operativo policial conocido como “Operación Contención” dejara al menos 132 muertos, cifra que más del doble de los reportes iniciales de 64 fallecidos, incluyendo 4 agentes de policía. La acción tuvo como objetivo al Comando Vermelho, el grupo criminal más antiguo y poderoso de Brasil.
Vecinos de las favelas de Alemão y Penha, en el norte de la ciudad, describieron escenas desgarradoras: cadáveres alineados en las calles, algunos decapitados o con el rostro desfigurado. La Defensoría Pública de Río alertó sobre la magnitud de la tragedia, mientras familiares buscaban entre los cuerpos a sus seres queridos.
El objetivo: debilitar al Comando Vermelho
La operación se enfocó en los complejos de favelas controlados por el Comando Vermelho, organización criminal que surgió en los años 70 dentro de una prisión de Río como un grupo de autoprotección para presos. Con el tiempo, se expandió al tráfico de cocaína y otros delitos graves, consolidándose como una amenaza nacional y transnacional.
Actualmente, el grupo tiene presencia en los estados de Amazonas y Mato Grosso, así como en Bolivia y Paraguay, desde donde obtiene insumos para su red de narcotráfico. La expansión también ha llevado al Comando Vermelho a involucrarse en conflictos territoriales en la región de la triple frontera entre Colombia, Brasil y Perú.
Impacto en la comunidad y denuncias
Los habitantes de Penha y Alemão denunciaron presuntas ejecuciones extrajudiciales, mientras las autoridades afirmaron que la operación buscaba debilitar la estructura delictiva sin detallar todas las identidades de los fallecidos.
“Solo quiero sacar a mi hijo de aquí y enterrarlo”, expresó Taua Brito, madre de uno de los fallecidos, mientras los vecinos y curiosos observaban la larga hilera de cadáveres cubiertos con sábanas o bolsas.
El gobernador Claudio Castro reconoció que el recuento inicial de víctimas solo incluía los cuerpos procesados en la morgue pública, y la cifra final refleja la magnitud real de la operación.
Un capítulo sangriento en la lucha contra el crimen en Brasil
La operación deja en evidencia la compleja situación de seguridad en Río de Janeiro, donde la violencia ligada al narcotráfico y al control territorial de grupos criminales sigue siendo uno de los desafíos más graves del país.
